La hipertensión es uno de los principales factores que afectan la salud renal en las personas mayores. Mucha gente cree que el deterioro de los riñones es inevitable con la edad, pero la evidencia científica demuestra que la edad por sí sola no causa insuficiencia renal. Lo que realmente daña los riñones con el tiempo es la presión arterial alta.
Según un estudio reciente publicado en Advances in Kidney Disease and Health (2024), hasta un tercio de los adultos mayores mantienen una función renal normal si evitan condiciones como la hipertensión o la diabetes.
Por tanto, la insuficiencia renal no es una consecuencia inevitable de la edad. Con hábitos adecuados y seguimiento profesional, es posible proteger la función renal a lo largo de los años.
Por qué la hipertensión daña los riñones
Los riñones actúan como filtros naturales, eliminando residuos y equilibrando líquidos y minerales. La hipertensión crónica:
- Endurece y cicatriza los vasos sanguíneos de los riñones.
- Reduce la capacidad de filtración.
- Genera un círculo vicioso: más residuos → más presión arterial → más daño renal.
Este proceso es silencioso al principio, por lo que la detección temprana es fundamental.
Riesgo de insuficiencia renal en España
- La hipertensión afecta a más del 70 % de los mayores de 70 años.
- Los adultos mayores de 60 tienen un riesgo más alto de daño renal.
- Los primeros síntomas pueden aparecer tarde: inflamación de tobillos o cara, fatiga, cambios en la micción o picor en la piel.
Alimentación y nutrición para proteger los riñones
Los últimos estudios nutricionales indican que la alimentación puede actuar como medicina preventiva para mantener la salud renal y controlar la presión arterial.
- Proteína de calidad y bien distribuida:
Las proteínas vegetales, como las legumbres, la quinoa, los frutos secos y las semillas, aportan antioxidantes naturales y provocan menos estrés renal. Las proteínas animales magras, como el pescado, los huevos y los lácteos moderados, ofrecen aminoácidos esenciales y Omega-3. Distribuir la proteína a lo largo del día (aproximadamente 20–30 g por comida) ayuda a mantener la masa muscular y la función renal sin sobrecargar los riñones. La investigación demuestra que, combinándola con alimentos ricos en potasio y antioxidantes, la proteína no acelera el deterioro renal en adultos mayores sanos o con riesgo inicial. - Alimentos ricos en potasio y bajos en ultraprocesados:
Frutas maduras, verduras de hoja, tubérculos y legumbres ayudan a relajar los vasos sanguíneos y equilibrar el sodio. Conviene evitar alimentos envasados, embutidos y snacks ultraprocesados que aportan demasiado sodio. - No eliminar toda la sal:
Una reducción extrema puede aumentar los niveles de insulina y generar estrés corporal. Es mejor usar sal mineral moderada y eliminar los ultraprocesados. - Vitamina D y exposición solar:
La vitamina D regula la presión arterial y protege los riñones. La exposición solar moderada, de unos 10–20 minutos al día, ayuda a mantener niveles adecuados sin riesgo de daño cutáneo. - Hidratación y otros nutrientes:
Beber suficiente agua y evitar bebidas azucaradas contribuye a la función renal. Minerales como el magnesio y antioxidantes naturales refuerzan la salud renal y cardiovascular.
Hábitos complementarios para cuidar los riñones
- Ejercicios de respiración: reducen el estrés y la presión arterial.
- Actividad física regular: caminar, nadar o montar en bicicleta; incluso pequeñas caminatas después de las comidas son beneficiosas.
- Control de medicamentos: supervisión profesional para evitar efectos secundarios que afecten a los riñones.
Detección temprana del daño renal
- TFGe: tasa de filtración glomerular estimada.
- Albúmina en orina: detecta fugas de proteína indicativas de daño.
Si tienes hipertensión o más de 60 años, hazte estas pruebas periódicamente. Detectar el daño a tiempo permite actuar antes de que aparezcan los síntomas.
Preguntas frecuentes sobre hipertensión y función renal
¿Quién tiene más riesgo?
Los adultos mayores de 60 años y las personas de raza afroamericana tienen un riesgo más alto de padecer enfermedad renal relacionada con la hipertensión. La detección temprana es clave para evitar complicaciones graves.
¿Cuáles son los primeros síntomas?
La enfermedad renal suele ser silenciosa al principio. Con el tiempo, pueden aparecer inflamación en tobillos o cara, fatiga, picor en la piel, cambios en la micción o confusión mental.
¿Qué pruebas se recomiendan para detectar el daño renal?
La tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) y la medición de albúmina en orina permiten detectar el deterioro renal de forma precoz, antes de que aparezcan síntomas. Se recomienda especialmente a personas con hipertensión y mayores de 60 años.
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